Paulatino, gradual, evolutivo. Aun sin precedentes, el movimiento telúrico desatado por 8000 gozosos fanáticos que celebraban la victoria de su equipo ante su más recalcitrante rival, en un reducto que a Gimnasia, último en la tabla de posiciones, se le había tornado inexpugnable durante 16 años, no obtuvo repercusión inmediata, sino que fue ganando notoriedad con el transcurso de los días. En épocas en que la Era Digital, en fase experimental, ni siquiera podía considerarse una rareza tecnológica al alcance de una élite, lo que invalida de plano el mentado concepto de viralización inherente a las redes sociales, hasta la prensa especializada carecía de acceso instantáneo e ilimitado a la información fidedigna.
En esa línea, Fútbol de Primera, programa televisivo que en diferido se emitiera los domingos por la noche durante dos décadas y media, en el que sobresalieran, entre otros, periodistas de la talla de Enrique Macaya Márquez, Marcelo Araujo, Oscar Gañete Blasco, Alejandro Fabbri y Fernando Niembro, apenas si ofreció ese fin de semana un minúsculo compacto con las alternativas más relevantes del clásico de La Plata, a expensas del fenómeno natural que provocara la inusitada algarabía de la parcialidad visitante. Es más, la producción de "Fútbol..." consideró al triunfo de Boca en Corrientes sobre Deportivo Mandiyú (1-0), como el principal atractivo de la séptima fecha del Torneo Clausura 1992, por lo que le otorgó, no solo prioridad casi absoluta sino el mismo espacio -una hora de transmisión- que al segmento destinado a los nueve encuentros restantes.
Por su parte, si bien destacó un amplio informe acerca del candente desafío dirimido entre Estudiantes y Gimnasia, El Gráfico, semanaria publicación deportiva de inigualable renombre (1), omitió a su vez referirse al vibrante episodio ocurrido en 1 y 57. En cambio, ahondó -estadísticas y síntesis del partido aparte- en la conflictiva relación contractual que la (trunca) promesa del semillero tripero, Rolando Francisco Mannarino -separado del plantel junto con el Pucho Fabián Eduardo Castro, en una medida que ya había afectado a un histórico como Charly García- mantenía con los mandos dirigenciales, así como en las vicisitudes padecidas en la víspera por el cuadro albirrojo; principalmente, como consecuencia de la seguidilla de lesiones que asediaban a sus valores más encumbrados, como Marcelo Arturo Yorno, Ricardo Jorge Iribarren o Daniel Fernado Peinado. Fue la malaria en la inminencia del trascendental enfrentamiento la que -se afirma- motivó a un grupo de adherentes pincharratas a recurrir a los servicios del parapsicólogo Ernesto Di Sopra Casco, cuyos nefastos antecedentes -ya había efectuado un trabajo en el Lobo con el propósito de enderezar la pésima campaña de un equipo que, posteriormente a su intervención, finalizaría último en la tabla de posiciones en la Zona "A" del Campeonato de Primera "B " 1983 (2)- ratificaría producto del triunfo con que Gimnasia -y no Estudiantes- quebrantara maleficios varios.
Respecto de los periódicos de mayor tirada a nivel nacional, incluso los que contaban con los suplementos deportivos más prestigiosos habían ignorado holgadamente el temblor que sacudiera el 5 de abril de 1992 los cimientos platenses, previo a que con inconstrastable delay -exactamente 17 días después- el diario Clarín dedicara unas líneas al peculiar episodio (3). Es que el fundado rumor ya había devenido en insólita -aunque demorada- buena nueva al corroborarse la veracidad del denominado Gol del Terremoto por los más avezados expertos en materia de geología, comportamiento del suelo y magnitud de movimientos sísmicos.
De infatigable labor, el Observatorio Astronómico de La Plata, dependiente de la Facultad Nacional de la misma ciudad (UNLP), permanecía en actividad el domingo en que Estudiantes y Gimnasia libraron la 130° edición del duelo que sostienen desde 1916. No obstante un evento futbolístico de alta envergadura se presuponga irrelevante para su métier, los técnicos del Departamento de Sismología e Información del observatorio, distante a solo 600 metros del Estadio Jorge Luis Hirschi, cayeron en que les resultaría imposible abstraerse del convulsionado entorno que los circundaba al detectar desplazamientos terrestres inusuales en la periferia. En efecto, el sismógrafo perteneciente a la sección en la que se desempeñaban detectó un temblor de seis grados en la Escala de Ritcher, en el mismísimo instante en que los seguidores triperos alcanzaron el súmmum merced a la estupenda anotación de tiro libre del uruguayo José Batlle Perdomo en feudo enemigo.
Sin embargo, la titular del Departamento de Sismología de la UNLP, Nora Sabbione, relativizó la incidencia de la parcialidad mensana en el fenómeno al que evitó proporcionarle una denominación concreta. "Cada vez que hay recitales multitudinarios o un partido acá cerquita (del Observatorio Astronómico), el sismógrafo registra un movimiento del suelo que para nosotros no es un temblor, sino solamente ruido", puntualizó la doctora en geofísica. Asimismo, luego de afirmar que el dispositivo de
medición ubicado en el segundo subsuelo de la Facultad desde 1907 percibe hasta "el tránsito de los autos que pasan por el Bosque" (4), la especialista precisó: "Nosotros podemos captar terremotos en toda la superficie terrestre. Cuando se trata de este tipo de fenómenos es distinto: es otra la amplitud, la frecuencia". Y remató: "Esa versión (la de seísmo originado por la celebración de la hinchada de Gimnasia en el gol del Chueco Perdomo) salió en un diario (Clarín) y la información se replicó sin que nadie se preocupara por verificar si era verdad".
Claro está, la fervorosa masa tripera prefiere atender al veredicto de la organización investigadora de autoridad mundial suprema en lo competente al estudio del comportamiento de la Tierra, la explotación de sus recursos naturales y el tratamiento de los peligros que la acechan; y no al de uno de sus simples subordinados, como el Observatorio Astronómico de La Plata.
Estratégicamente dividida en cuatro asignaturas científicas superiores -biología, geografía, geología e hidrografía- en las que fundamenta su loable tarea, la agencia de investigación independiente United States Geological Survey (USGS) regula el funcionamiento del National Earthquake Information Center (NEIC), organismo que vela por la detección y localización de sismos y terremotos, al tiempo que determina su magnitud y desarrolla programas de prevención frente a la probabilidad de la irrupción de un temblor.
Puesto que su infalible sistema de medición, disponible las 24 horas del día, contempla movimientos sísmicos cuya magnitud supere, respectivamente, los tres y cinco grados, en Estados Unidos y en el resto del mundo, el staff profesional del NEIC, no bien advirtiera el fenómeno telúrico que se estaba desencadenando la tarde de aquel 5 de abril en la La Ciudad de las Diagonales, comisionó a 120 de sus estaciones desplegadas en idéntica cantidad de países para que le suministraran la información preliminar que con su consiguiente actualización los anoticiaría de un hecho insólito. Estupefactos, los científicos se rindieron ante la evidencia de que había sido el desenfrenado festejo de una muchedumbre, el responsable del fenómeno; tanto, que el impopular soccer -así denominan los norteamericanos a nuestro fútbol- acaparó inclusive la audencia de los canales legos en lo que a deporte atañe, como la cadena de noticias CNN, que para la ocasión montó una producción especial de la aclamadísima conquista de Perdomo y la postrera oscilación sísmica.
Confirmado oficialmente El Gol del Terremoto, los bullangueros partidarios de Gimnasia sintieron que por fin habían eclipsado no solo a sus pares de Estudiantes en uno de los clásicos más desparejos del fútbol argentino, de acuerdo con el inapelable consenso del tablón, sino a su vez al resto de las hinchadas que se precien de serlo. No extrañó, por tanto, que a modo de conmemoración perpetua se abocasen a inmortalizar el acontecimiento sin parangón del que se erigieran como protagonistas excluyentes.
Así, entre otras manifestaciones de agasajo, una quincena mixta de jóvenes triperos fundó en 2006 la Agrupación Terremoto, denominada como tal porque sus creadores procuraban "elegir un nombre que no sea tan trillado como los que se ven en cualquier institución". Eso sí, aún resta por concretarse el sueño de la pujante muchachada de recrear, a lo Aldo Pedro Poy (5), el tanto del temperamental mediocampista charrúa, secuencia por secuencia.
Ya en la inminencia del vigésimo quinto aniversario del histórico triunfo del Lobo, su Comisión Directiva, encabezada por Gabriel Pellegrino, lanzó una campaña de captación de socios a la que llamó Terremoto Social, cuyo objetivo primordial consiste en sumar 10.000 nuevos abonados a las filas del club. En el spot promocional, en el que intervinieron futbolistas y afamados simpatizantes del cuadro mensana, se reproduce el momento en que tembló la Ciudad de La Plata, ya fuese en un bar a la antigua usanza, en una conferencia de prensa o en el entrenamiento de Gimnasia, tras lo que un fana tripero como el actor Alejo García Pintos -que encarnara el papel de Pablo Díaz en el legendario film La Noche de los Lápices- arenga a sus semejantes a que, juntos, propicien el resurgimiento de la alicaída entidad del Bosque.
Por último, "el" homenaje. Previo a la igualdad como local de Gimnasia el último lunes ante Temperley (1-1), uno de sus máximos ídolos, Guillermo Barros Schelotto -quien en la jornada del Gol del Terremoto se desempeñara como wing izquierdo-, obsequió al uruguayo Perdomo una camiseta albiazul enmarcada en cuyo dorso se aprecian tanto el apellido del Chueco como el número 25, en obvia alusión al cumplimiento del aniversario de su fantástica rúbrica, bajo la ovación que le tributó la totalidad de la concurrencia de 60 y 118.
Fue el corolario de una jornada signada por ceremonias y distinciones para el caudillo oriental de categoría mundial(ista), pues en oportunidad de su visita al Museo del Estadio del Bosque -en el que, por supuesto, existe un espacio en el que se evoca su joya- fue condecorado con el grado de Socio Honorario de la Institución, a lo que se adosa un carnet que ratifica tal mención.
A ese respecto, un conmovido Perdomo, quien a su vez se plegó a la campaña conocida como Terremoto Social, aseguró: "Pertenecer a la historia del club es un privilegio. Es un orgullo lo que generó ese gol. ¿Quién diría que ese remate sería lo que fue?". "Hay que felicitar a la hinchada de Gimnasia. Ellos fueron los que provocaron el temblor", completó el agasajado.
Cuidado, no es falsa humildad la del exmediocampista charrúa. Si antes de haberse incorporado a Gimnasia para disputar el Torneo Clausura 1992 ya se había coronado campeón de la Copa Libertadores con Peñarol y había sido una de las figuras de la Selección de Uruguay en la obtención de la Copa América en nuestro país, en 1987, así como integrado el plantel del combinado celeste en la Copa del Mundo de Italia 1990, amén de haber actuado en el fútbol europeo. En contrapartida, solo le bastó un efímero paso de seis meses por Gimnasia para concluir que el clásico de La Plata se vive con muchísima mayor intensidad que un Peñarol vs Nacional, un Genoa-Sampdoria, un Coventry City-Aston Villa o un Betis vs Sevilla. No por nada considera como "el gol de su vida" aquel que le convirtiera a Estudiantes el inolvidable domingo 5 de abril de 1992. Lo sabe: el suyo fue único, capaz de desatar un fenómeno natural. Intentaron emularlo las huestes de un tal Lionel Andrés Messi desde el Viejo Continente, pero...
Podrán imitarlo, igualarlo jamás
Casualidad o causalidad, el 8 de marzo de 2017, a menos de un mes del cumplimiento de las Bodas de Plata del Gol del Terremoto, Barcelona -aun sin una descollante performance de Messi- logró la hazaña al aplastar -y eliminar- al Paris Saint Germain por 6 a 1, por los octavos de final de la Champions League, luego de que el equipo culé sufriera como visitante un duro traspié en el partido de ida (0-4) que invitaba a aventurar una prematura despedida del certamen del conjunto dirigido por Luis Enrique.
Pese a que durante el inicio del complemento el cuadro catalán casi había conseguido empardar el adverso tanteador global, al concretar Messi su remate desde el punto penal, con lo que establecía el 3-0 transitorio para la escuadra catalana, el descuento del uruguayo Edison Cavani pareció sentenciar la llave.
La arremetida goleadora del Barça que le permitió deshacerse de su oponente y avanzar a cuartos de final del torneo para enfrentar a Juventus recién se produjo entre los 88' y los 93' (6), producto de las conquistas de Neymar -en dos oportunidades- y la más infartante aún de Sergi Roberto, que propició la demencial celebración de más de 100.000 hinchas...y el temblor del Camp Nou y sus alrededores.
No, no es una metáfora: el sismógrafo del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC) registró un leve movimiento sísmico de 1 grado de magnitud en la escala de Ritcher, en simultáneo con el atronador festejo del gol que posibilitara la epopeya del elenco local y su acceso a la siguiente ronda.
Al respecto, el experto investigador del ICTJA-CSIC, Jordi Díaz, afirmó: "Recién a medida que se acerca el final del encuentro, todo cambia. Con el sexto tanto (del Barcelona) llega la mayor vibración detectada por nuestro sismómetro en este tipo de acontecimientos". En lo que concierne al resto de las anotaciones relevantes del cotejo, el especialista señaló: "La celebración del segundo y tercer gol presentan una amplitud ligeramente mayor de lo normal. Por contra, el 4-1 no deja parámetros significativos".
Una vez difundida la llamativa novedad, no faltó quien pretendiera establecer una comparación entre los fenómenos propiciados por las respectivas aficiones de Gimnasia y Barcelona, lo que constituye una insultante osadía puesto que solo hicieron falta 8000 representantes de la falange tripera -apenas el 25% de la totalidad de los espectadores que rebasaran las instalaciones del escenario pincharrata cuando el gol del uruguayo Perdomo- para provocar un temblor de una magnitud que sextuplica en intensidad a la módica falla geológica generada por los 100.000 espectadores blaugranas a quienes se sindica como testigos preferenciales de una de las mayores hazañas de los últimos años en lo que a revertir scores
aparentemente irremontables refiere. De allí, la irónica felicitación que, a través de su cuenta de twitter, la oficialidad tripera le hiciese llegar a su par español: "El primero en América felicita al @FCBarcelona por repetir la gesta del terremoto social. Marcando el camino desde 1887...".
Finalmente, el tanto señalado en el último minuto de juego por José Leonardo Ulloa, que le significara el 27 de febrero de 2016 la victoria al Leicester City frente al Norwich City por la mínima diferencia, por la vigésimo sexta jornada de la pasada temporada de la Premier League, no puede equipararse al Gol del Terremoto -ni siquiera al de Sergi Roberto- al separarlo de aquellos un aspecto crucial.
En ese sentido, un grupo de estudiantes de geología, bajo la estricta supervisión del British Geological Survey (BGS), habían colocado un sismógrafo en las inmediaciones del complejo del club de rugby Leicester Tigers -próximo al King Power Stadium en el que se produjera el episodio-, con objeto de localizar oscilaciones terrestes ocasionadas por la agitación de la muchedumbre en un espectáculo deportivo.
Si bien se descuenta la espontaneidad del festejo de los 30.000 hinchas del Leicester City -que a posteriori se adjudicaría la competición- en la anotación de nuestro compatriota, de 0, 3° de magnitud, no puede decirse lo mismo del procedimiento de detección, largamente premeditado, craneado y programado. Aun pese a que al acontecimiento se lo conozca como Temblor Vardy -en honor al máximo artillero del equipo-, lo concreto es que Ulloa, ex delantero de San Lorenzo, Arsenal, Olimpo y UD Almería, entre otros, se convirtió en el primer futbolista argentino en contibuir al desencadenamiento de un movimiento sísimico.
La jornada está aquí
Estudiantes: Yorno; Ramírez, Erbín, Fontana y Squadrone; Pezoa, Soto, Aredes y R.Capria; Vera y Torres. Suplentes: Merlo, De Santis, Ochoaizpur y Serfaty. DT: Eduardo Flores.
Gimnasia: Cristante, Sanguinetti, San Esteban, Ortiz y Dopazo; Miranda, Bianco, Perdomo y Odriozola; Guerra y Guillermo Barros Schelotto Suplentes: Gregorutti, Sarabia, Morant y P.Fernández. DT: Gregorio Pérez.
Partido correspondiente a la séptima fecha del Torneo Clausura 1992, jugado el domingo 5 de abril del mismo año.
Cancha: Estudiantes.
Público: 22.000
Referee: Juan Antonio Bava.
Gol: ST: 11', Perdomo (G), de tiro libre.
Amonestados: Bianco, Odriozola y Sanguinetti (G).
Incidencias: no hubo.
(1) A partir de 2002, El Gráfico se convirtió en una publicación de tirada mensual.
(2) Si bien ocupó la última colocación de su sección, Gimnasia logró la permanencia en Primera "B", pues perdían la categoría los equipos de menor puntaje en la tabla de promedios de descenso. En una prueba fehaciente de superación, el Lobo platense lograría retornar al fútbol grande de nuestro país, al obtener el Octogonal válifo por un ascenso a Primera División.
(3) El Día, el periódico más importante de la Ciudad de La Plata, recién trataría el affaire terremoto el 28 de abril.
(4) Más que al Estadio Juan Carmelo Zerillo, reducto en el que Gimnasia oficia de local, la especialista se refería al denominado Paseo del Bosque, el mayor espacio verde de La Ciudad de las Diagonales, de irrefrenable atractivo turístico.
(5) Emblemático delantero de Rosario Central, autor de un extraordinario gol de palomita en una de las semifinales del Campeonato Nacional 1971 que le valió al cuadro de Arroyito -postrero campeón del certamen- derrotar y eliminar a Newell's, su eterno rival, en un clásico disputado el 19 de diciembre de aquel año en cancha de River. A partir de allí, cada 19/12, los más acérrimos fanáticos canallas reproducen fielmente las instancias de la trascendental conquista ante sus enemigos leprosos, con la participación estelar del mismísimo Aldo Pedro Poy, a quien se le habilita un balón a media altura para que lo conecte de palomita y lo envíe a la red, tras lo que los adeptos de la Academia rosarina celebran alborozadamente la anotación.
(6) La llave de cuartos de final en la que confrontan Juventus y Barcelona comenzó a dirimirse el último martes, con una contundente victoria como local de la escuadra italiana por 3 a 0.
(7) Luciano Perdomo, mediocampista que desde 2015 conforma el plantel superior de Gimnasia, no tiene ningún tipo de parentesco con José Batlle; tampoco, Ricardo Perdomo, exvolante de Deportivo Mandiyú y de la Selección de Uruguay.
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